jueves, 8 de diciembre de 2016

NAVIDAD AÑO 3200


 

La muchacha rubia, alta y desgarbada, y con los dedos pulgares exageradamente desarrollados, vestigio de unos aparatos llamados móviles que habían estado de moda algunos siglos atrás, pensó:

Queridos primos: Desde la playa de Las Catedrales Sumergidas, en la populosa ciudad de Ribadeo, os felicitamos la Navidad. Estamos a cuarenta grados a la sombra y la abuela va a hacer de cena pastillas de coliflor con bacalao y de postre grajeas de arroz con leche. Esperamos que vuestro viaje a Groenlandia para ver los últimos restos de los hielos árticos esté siendo muy agradable. Os echamos de menos.

Luego apretó la sien con uno de aquellos pulgares monstruosos y su primo en Groenlandia, recibió el mensaje.

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