domingo, 21 de febrero de 2016

TÚ LLEGASTE A MÍ CUANDO ME VOY






      A lo largo del mes de marzo, editorial Leibros publicará mi nueva novela, la historia de Enrique y Elena, una pareja a la que separan demasiadas cosas, pero que está unida por la más importantes de todas: el amor. Os dejo un pequeño fragmento para poner boca.







Enrique encendió un cigarrillo y ofreció otro a Elena. Ella aceptó, le vendría bien sin duda alguna.

-¿Quieres una copa de algo? - preguntó Enrique con un deje de sorna en la voz que a Elena no le pasó desapercibido.

-No, gracias, que haya tomado una copa ayer no quiere decir que me vaya a convertir en bebedora compulsiva.

-Mejor así, beber te suelta mucho la lengua.

-¿Dije algo que te molestara?

Enrique pensó un poco antes de dar una respuesta. No deseaba meter la pata.

-Más bien me desconcertaste. ¿Qué sientes por mí, Elena?- preguntó después de dar una profunda calada a su cigarrillo.

La chica se puso nerviosa. No esperaba una pregunta tan directa y era consciente de que no podía dar una respuesta clara, no hasta estar segura de los sentimientos de Enrique.

-¿Qué siento por ti? Pues.... no sé, te aprecio, me caes bien a pesar de ser un poco gruñón y...nada más. Ya sé que ayer te dije algunas cosas.... pero no creas que siento algo por ti, quiero decir, que no estoy enamorada de ti ni nada de eso – mintió – pero sí que me gustaría que nos lleváramos mejor. Creo que podemos llegar a ser grandes amigos.

Enrique se quedó pensativo una vez más. ¿Por qué tenía la impresión de que Elena estaba mintiendo? Era una pena, habría sido una ocasión perfecta para confesarse ambos que sentían cierta atracción el uno por el otro, pero si ella no lo hacía él tampoco estaba dispuesto a dar el primer paso.

-Pues me quitas un peso de encima – dijo por fin – Perdona, pero ayer llegué a pensar que estabas enamorada de mí, te pusiste tan cariñosa... Y como comprenderás eso sería imposible, eres demasiado joven, o yo soy demasiado viejo.

-No creo que la edad sea ningún obstáculo para el amor – repuso Elena sin dejar traslucir la decepción que sentía.

-Para mí sí. No me gustaría estar en boca de la gente por tener amoríos con una jovencita.

-Ya. Bueno pues entonces... aclarado el asunto, me voy a mi cuarto. Me apetece leer un poco. Hasta mañana.

-Hasta mañana.

Enrique la observó mientras ella caminaba hacia la casa. Estaba seguro de que sus palabras le habían desilusionado. Tal vez fuera mejor así. Estaba comenzando a quererla y en el fondo lo que le había dicho no dejaba de tener algo de verdad. Una relación entre ambos no sería bien vista en su círculo de amistades. Sin contar con la opinión de su hija, que seguramente no fuera a favor, precisamente. Además estaba su enfermedad. No tenía derecho a alimentar un amor con fecha de caducidad. Elena no se merecía amar a alguien con un pie cerca de la muerte. Mejor así, sin duda.

Mientras, Elena se echaba en la cama y lloraba en silencio. Debía de haberlo supuesto. Ella no pertenecía a su mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario