domingo, 16 de agosto de 2015

CORRUPCIÓN



Fina había sido un trabajadora normal y corriente durante muchos años, en los talleres de costura. Era una muchacha amable y eficiente en su trabajo, nunca nadie tuvo queja de ella. Pero todo cambió el día en que la pusieron a trabajar en la oficina. Su padre murió de repente, le dio un infarto o algo así. Ella era la mayor de siete hermanos y quedaba como sustento de la familia, pues la madre también andaba delicada de salud. Don Aquilino, el dueño del taller, que era un bendito, decidió entonces darle ocupación en la oficina, puesto que se ganaba un poco más. Decía que se lo debía a su padre, que también había sido operario del taller mucho tiempo atrás.
El caso es que Fina pasó a ser la encargada de repartir el sobre con el dinero el día de cobro, los viernes, pues por aquel entonces los jornales se pagaban por semanas. Trescientas pesetas a las chicas del taller y quinientas a las que trabajaban en la oficina, estoy hablando de principios de los años sesenta. Llevaba la muchacha unos dos o tres meses en su puesto cuando comenzó a suceder. Los sobres venían siempre con menos dinero del que en realidad correspondía y ella aducía que eran normas de Don Aquilino, que el trabajo en la fábrica no andaba del todo bien y que no se podía perder el tiempo, así que descontaba veinticinco pesetas por estar mucho tiempo en el baño o por tardar demasiado en comer el bocadillo de media mañana. Y a mi, que era nueva, y que no sé por qué me tenía de ojeriza, llegó a descontarme noventa pesetas porque según ella era muy lenta con la plancha.


      Nadie se puede imaginar la cara que se le quedó el día en que mi padre, Don Aquilino, la llamó al despacho. Yo había sido una infiltrada, testigo directa de sus fechorías, las cuales habían llegado a oídos de mi padre de manera solapada, puesto que las trabajadoras no se atrevían a mostrar sus quejas abiertamente. Así se descubrió todo el petate. Fina descontaba el dinero por su cuenta y riesgo y se lo quedaba para sí. Era una corrupta de pacotilla, a su nivel, ciertamente, pero no se diferencia mucho de lo que algunos hacen hoy en día ¿no les parece?

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